El trastorno del espectro autista y el TDAH están relacionados de varias maneras. El TDAH no está incluido en el espectro autista, pero algunos de los síntomas de estas condiciones son iguales. Y tener una de ellas aumenta el riesgo de tener la otra.
Los expertos han cambiado su forma de pensar acerca de cómo el autismo y el TDAH están relacionados. La cuarta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV, por sus siglas en inglés) afirmaba que una persona no podía tener autismo y también TDAH. Pero la edición más reciente (DSM-5), publicada en 2013, permite que una persona sea diagnosticada con ambos trastornos.
Para empezar, señalaré cómo los síntomas del autismo y el TDAH pueden coincidir. Estos son dos ejemplos:
Dificultad para prestar atención: Los niños con autismo puede que tengan esta dificultad por varias razones. Una de ellas es que las dificultades de lenguaje pueden hacernos creer que el niño no está prestando atención a las instrucciones cuando en realidad podría ser que no las entiende.
Dificultad para socializar: El TDAH puede afectar las destrezas sociales. Esto podría incluir evitar contacto visual y traspasar el espacio personal de las personas.
Algunas veces, estos síntomas pueden causar que un niño sea erróneamente diagnosticado con una condición en lugar de la otra. Si le preocupa la posibilidad de un diagnóstico equivocado, hable con el médico de su hijo. Los médicos están acostumbrados a tener este tipo de conversaciones y pueden ayudarlo a obtener una segunda opinión.
Además de los síntomas comunes para ambos trastornos, es importante saber que tener una de estas condiciones incrementa la probabilidad de tener los síntomas de la otra. Sucede con muchos problemas del desarrollo, es muy probable que ocurran al mismo tiempo. Por ejemplo, los niños con dificultades de lenguaje son más propensos a tener trastornos de lectura.
Por eso es importante tener en cuenta todos los factores del desarrollo funcional de un niño. Esto incluye lenguaje, habilidades sociales, atención, comportamiento, estado de ánimo, destrezas académicas, habilidades sociales, habilidades para jugar y habilidades motoras. Una evaluación neuropsicológica detallada y/o una evaluación médica asegurará que todas las áreas del desarrollo sean analizadas. Tener una visión completa puede ayudar a que su hijo reciba la ayuda adecuada.
El autismo y el TDAH también están relacionados en términos genéticos. Una persona con autismo tiene más probabilidad de tener un familiar cercano con TDAH u otro trastorno del desarrollo. Sin embargo, se necesita más investigación para entender mejor esta conexión.
Debido a que los niños con autismo y TDAH pueden tener síntomas similares, algunas de las intervenciones utilizadas para ayudar en un caso podrían ser útiles para el otro. Por ejemplo, los niños que tienen ambas condiciones generalmente se benefician de seguir una rutina y saber qué esperar.
Sin embargo, hay grandes diferencias en el tipo de terapia recomendada. La terapia para el autismo, como el análisis conductual aplicado, puede mejorar las destrezas de comunicación y reducir comportamientos repetitivos, que es una de las características distintivas del autismo.
La terapia para el TDAH está enfocada en mejorar la atención y la organización. Esta terapia generalmente se acompaña con medicación para el TDAH. Pero esta medicación no ayuda a los niños que no tienen TDAH.
A través de mi trabajo con muchos padres sé que sería útil si cada trastorno estuviera claramente diferenciado de los otros. Pero esa no es la realidad. Por eso, aprender más sobre cada condición es una buena manera de comenzar a entender las maneras complejas en que se relacionan.
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